Parece casi seguro que los pomeranias descienden de los perros que tiran de los trineos en el Ártico y que están emparentados también con el keeshond, el cazador de alces noruego y el samoyedo. Los primeros rastros fiables de esta raza proceden de Pomerania, una región en el litoral del mar Báltico, y se remontan al siglo XIX, aunque esos perros eran mucho más grandes (unos 13 kilos). Allí nacieron camadas de hasta diez cachorros y, muy pronto, los más pequeños de las camadas se convirtieron en los preferidos. A mediados del siglo XIX, la raza se había extendido a otros países europeos y, en 1888, la reina Victoria de Inglaterra se enamoró de esta raza, lo que impulsó la popularidad de los pomeranias. Los criadores británicos los cruzaron para obtener un tamaño cada vez más pequeño y pelaje más abundante.
PERSONALIDAD:
Es un perrito muy vivaracho rebosante de energía que permanece fiel a sus familias. Al pomerania le encantan que lo lleven y lo traigan de allá para acá, pero ten cuidado y no te excedas puesto que también necesitan andar ellos solos a veces. Es un excelente perro guardián, ya que es muy ladrador. A pesar de su carácter dulce y cariñoso, hay que llevar cuidado, sobre todo en el caso de los niños más pequeños, ya que estos perros son bastante frágiles y no es extraño observar fracturas de patas.
CARACTERÍSTICAS:
Altura hembra: Entre 18 cm y 30cm.
Altura macho: Entre 18 cm y 30cm.
Peso hembra: De 2 Kg a 2.5 kg.
Peso macho: De 1.8 Kg a 2kg.